Todos lo sabemos: los días de calor excesivo resultan estresantes.
Durante el verano suele haber semanas en las que los días son especialmente calurosos. Sin embargo, son muchas las personas que no soportan las altas temperaturas durante un periodo prolongado de tiempo. El sol y el calor, factores clave para la salud y el buen humor (Vitamina D), provocan a muchas personas una mezcla entre flojera y agresividad. Por eso, hay que preguntarse por qué sucede esto y qué podemos hacer al respecto.
Solemos asociar el sol y el calor con las vacaciones, y no con pasar 8 horas al día en una fábrica, un coche, o una oficina.
Las personas que viven en regiones más calurosos también tienen que trabajan, pero suelen tener un horario diferente y muchas veces trabajan en oficinas que cuentan con aire acondicionado.
Ahora bien, el mundo laboral no puede permitirse cambiar el horario cada verano cuando hace mucho calor.
Pero nosotros podemos hacer mucho por reducir el estrés causado por el calor excesivo, incluso sin la famosa siesta ni el aire acondicionado. Tanto el estrés físico, como el emocional y mental (generalmente relacionados) son provocados por el calor.
Hay que empezar por nuestra dieta y optar por comidas ligeras ricas en vitaminas. Durante el descanso conviene comer algo ligero y quedarse un rato descansando a la sombra de un árbol (por ejemplo, en un banco del parque). Algo similar a una siesta. Y en lugar de tomarse la enésima bebida energética, es mucho más refrescante beber agua con unas ramitas de menta y unas rodajas de jengibre.
Y por la noche, en lugar de relajarse y descansar en un bar tomando una cerveza, ¿por qué no dar un paseo por la naturaleza o refrescarse los pies en un arroyo? De cada momento y de cada estación del año se puede sacar algo bueno si queremos y si estamos dispuestos a realizar pequeños cambios en nuestra vida cotidiana. Y, generalmente, al igual que nuestro organismo necesita minerales, oligoelementos y suficientes vitaminas en invierno para protegerse del frío y de infecciones, también necesita nutrientes y sustancias que lo fortalezcan cuando hace calor. Sobre todo, en los días más calurosos, es muy importante para nuestra salud mental no gastar energía estando de mal humor o embarcándonos en discusiones acaloradas. Se puede mantener la cabeza fría humedeciendo la frente, las sienes y el cuello con un paño húmedo (el agua con menta no solo es refrescante como bebida). Y cuando el estrés por trabajo aumenta, sobre todo en los días calurosos, la regla general es “salir” 10 segundos – respirar profundamente, levantar los hombros y dejarlos caer al exhalar – repita esto de 2 a 3 veces y dígase a sí mismo “no pasa nada, todo está bien”.
Y si nada de esto ayuda, acuérdese de cómo echa de menos el sol y el calor en los meses de frío.